jueves, 2 de noviembre de 2023

85 AÑOS DE "PESCADORES DE PERLAS"

PESCADORES DE PERLAS
(1938. Dir. Guillermo Calles.

 




El director Guillermo Calles

Guillermo Calles (1893 – 1958) nació en Chihuahua y era de ascendencia tarahumara por lo que su tipo físico hizo que le apodaran “El Indio” y estereotiparlo en roles indígenas en sus apariciones fílmicas. Emigrado a Hollywood, comenzó ahí su carrera dirigiendo cintas cortas. En 1921, apoyado por otro realizador pionero, Miguel Contreras Torres, filmó su primer largometraje en México (De raza azteca). Luego de otra vuelta a Hollywood, retornó en 1926 para filmar El indio yaqui y tener una carrera regular. En 1928 filmó Sol de gloria, melodrama con ambiente tropical que volvería a filmar en 1938 bajo el título de Pescadores de perlas. Luego de otra película, Calles no volvería a dirigir y aparecería solamente como actor en roles pequeños como indígena, curandero, campesino o personaje siniestro).

Victoria Blanco y Víctor Manuel Mendoza



Con pobre factura y corta duración que apenas sobrepasa una hora, Pescadores de perlas es un melodrama que ocurre en alguna playa donde el mulato Ignacio (Víctor Manuel Mendoza, con 25 años, en su cuarta película) rescata a la joven Rosa (Victoria Blanco) quien ha sobrevivido al naufragio del barco que la llevaba de Panamá hacia Estados Unidos, bajo el mando de su padre, el capitán de la nave. El muchacho lleva a la joven hacia su casa donde vive con su madre Juana (Sara García), pero sus patrones, los dueños de una pescadora de perlas, Ernesto (Carlos Villatoro) y Gustavo (Efrén Buchelli) le llaman para enterarse de la historia de la chica a la cual protegen. Durante una pesca de perlas, Ernesto baja a cortar unas ostras pero es casi atacado por un tiburón y está a punto de ahogarse. Mientras esto sucede, Ignacio se da cuenta que el capataz Tiburcio (Ángel T. Sala) se ha robado unas perlas. Cuando Gustavo descubre los robos de Tiburcio, éste lo mata y echa la culpa a Ignacio quien huye y es dado por muerto al pensarse que lo han devorado los caimanes. Quien se ha dado cuenta de todo es la esposa de Tiburcio, Sofía (Virginia García). Muere Juana y Rosa descubre un documento que indica que Ignacio es hermano bastardo de Ernesto. Ignacio es capturado y va a ser fusilado pero la ejecución se detiene cuando Sofía confiesa la verdad sobre Tiburcio, quien ayudado por Simón (Alfonso Bedoya), su hermano, escapa pero en alta mar ambos son atacados por tiburones. Ignacio muere, porque había sido herido en un enfrentamiento previo contra Tiburcio, sin saber que su madre había fallecido.

Victoria Blanco, Carlos Villatoro y Víctor Manuel Mendoza

Esta desconocida película que ni siquiera fue estrenada en la capital presenta muchas curiosidades. Producida por Producciones Alcázar, a través de Virgilio Calderón, (hermano mayor de José U. Calderón cuya carrera dentro del cine comenzara con un circuito de salas de cine en la frontera con Estados Unidos bajo el nombre de Cines Alcázar y sería padre de los productores Pedro, Guillermo y José Luis), en una rara incursión como productor quien agradece a la Secretaría de la Defensa Nacional su apoyo para las escenas de persecución y del posible fusilamiento del personaje de Ignacio. Virgilio Calderón había producido dos cintas en 1937: Don Juan Tenorio (René Cardona) La cuna vacía (Miguel Zacarías); en 1938, aparte de la que estamos analizando, participaría en Canto a mi tierra (José Bohr). Estas películas, junto con La zandunga (1937, Fernando de Fuentes) fueron los primeros pasos de los Calderón dentro de la producción fílmica.

Por otro lado, como pescadores que matan el tiempo cantando y tocando la guitarra, aparecen El Charro Gil y sus Caporales, trío conformado por Felipe Bojalil Gil, junto con Carlos Álvarez de la Cadena y Jesús “Chucho” Navarro. Posteriormente, este último se uniría con Alfredo “el güero” Gil (quien sustituiría a Carlos Álvarez en Los caporales) y con Hernando Avilés, para formar el trío Los Panchos que tendrían alcance internacional. La localización geográfica de la cinta se vuelve inexacta: en México, los cultivos de perlas se encuentran en Baja California pero el barco que utilizan los pescadores lleva el nombre de Zihuatanejo (donde fueron filmadas secuencias en exteriores) donde no son comunes, aunque era de esperarse la posibilidad de que fuera una comunidad veracruzana o guerrerense por la predominancia de negros y mulatos cuyos asentamientos mayores son en estas playas tropicales en lugar de las bajacalifornianas.

El personaje de Rosa llega a la playa en ropa de dormir por lo que Ignacio se acomide en darle una manta de palmas. Luego la vemos en ropa de ciudad, moderna y cómoda, que cambia con toda facilidad de escena a escena sin que nos expliquemos su procedencia ya que el pueblo se encuentra alejado de una capital (no olvidemos que es 1938). Es interpretado por Victoria Blanco, actriz de origen peruano quien llegaría a filmar 14 películas entre 1933 y 1939 para desaparecer por completo del cine mexicano, caso que ocurrió con muchas otras presencias femeninas que no lograron destacar (Carmen Guerrero, Gaby Sorel, Marta Ruel o Lupita Gallardo, entre otras). 

La cinta es un melodrama torpe, mal filmado, con fotografía de un incipiente Víctor Herrera quien apenas llevaba cinco años en el cine y llegaría a ser otro de los maestros de la composición de imagen y el dominio de la luz. La anécdota es esquemática y presenta al héroe sacrificable, sobre todo porque era mulato (a pesar de ser el único atractivo de toda la película), contra la villanía abusiva. El galán triunfador sería el personaje rico y con la posición adecuada para desposar a la muchacha rubia, guapa y también de clase conforme. Una variante del Rancho Grande colocada en ambiente tropical, aunque sus orígenes se remontaban al cine silente que conocemos por referencias con cuentos morales. Aquí no podíamos tener una excepción.

Un joven Víctor Manuel Mendoza


Nota: la baja calidad de las fotos es porque fueron tomadas directamente del vídeo.


lunes, 25 de septiembre de 2023

LA FLUIDEZ SEXUAL

 LA MUERTE RONDA EN LA NOCHE

(Dr. Jekyll & Sister Hyde)
1971. Dir. Roy Ward Baker.
         La vi en el Cine Juárez en 1973 y fue una película enardecedora y cuestionadora: ¿cómo era posible que el Dr. Jekyll se transformara como su alter ego malvado en forma de mujer?, ¿de qué manera se explicaría que al ser mujer tuviera relaciones sexuales con un hombre para luego volver a ser hombre? La muerte ronda en la noche fue producción de los británicos Hammer Studios que buscaban todas las variaciones posibles para seguir alimentando de películas de horror, bastante taquilleras, a las salas de su país, aunque, ya habían logrado traspasar fronteras. Desde sus primeras incursiones con los personajes de Drácula y Frankenstein, en 1958, pudieron cruzar hacia otros países europeos pero, sobre todo, a la distribución norteamericana que permitió que llegaran a Latinoamérica. Utilizando a los mismos iconos conocidos (El hombre loboEl fantasma de la ópera) añadiendo mitologías (La Gorgona) o explotando leyendas perversas (la calavera del Marqués de Sade como catalizador del mal), la Hammer se fue adaptando a los tiempos: ya con la censura más laxa se pudieron añadir desnudos y temas más escabrosos. Una espléndida y reciente edición en Blu-Ray, me ha permitido recuperarla.
         Henry Jekyll (Ralph Bates) busca la poción milagrosa que cure todas las enfermedades. Su mentor, el Dr. Robertson (Gerald Sim) lo confronta con la realidad: tardará años y hasta quizás morirá si acaso espera ir resolviendo los males del mundo. Entonces, Henry piensa en un elixir de la eterna juventud. Para ello, necesita experimentar con hormonas femeninas. Al principio utiliza cadáveres pero luego, ante la escasez de cuerpos, recurre a un par de maleantes para que se los proporcionen. Como resultado, una mosca, que muere a las pocas horas de nacer, logra sobrevivir: sin embargo, Robertson le hace ver que es una mosca hembra, algo que Jekyll no comprende porque había colocado una mosca macho en su recipiente de experimentación. Entonces decide ser su propio conejillo de indias y toma la poción que lo convierte en una voluptuosa mujer. Obligado a continuar con sus experimentos y debido a la muerte de uno de sus proveedores y la ceguera del otro, tiene que encargarse personalmente de asesinar a mujeres para conseguir su material hormonal. De esta manera comienza la lucha entre las dos personalidades para permanecer y alcanzar sus fines, debido principalmente a la sensualidad inherente en la personalidad femenina, la presencia de una pareja de hermano, Howard (Lewis Fiander), y hermana, Susan (Susan Brodrick), que es vecina de Jekyll. La atracción del hombre por Susan y la lujuria de la mujer por Howard serán parte del conflicto emocional.


         Quizás el motivo de que nunca se le haya considerado parte del cine queer se deba a que el guion da a entender que cada una de las dualidades se siente independiente una de la otra: de hecho, cuando Jekyll se da cuenta de que la hermana Hyde piensa, busca la manera, desea deshacerse de él, queda establecido el desligue entre ambos personajes. Sin embargo, permanece la inquietud en el espectador: hay un momento cuando Jekyll, al encontrarse a Howard, le acerca la mano para acariciarle el rostro ante el asombro del joven, enfatizando que la naturaleza femenina se está imponiendo en el científico. Por otro lado, se muestra una secuencia que sugiere que Hyde ha tenido relaciones sexuales con Howard (con todo lo que esto implica), al estar reclinados sobre un sillón, besándose con fruición, aparte de que ella se encuentra desnuda bajo la bata que la cubre. Curiosamente, no se profundiza en la relación entre Jekyll y Susan.
         Una maravillosa casualidad dio lugar a que la actriz Martine Beswick, cuya fama se debía a ser una de las tantas chicas Bond (El regreso del agente 007Operación Trueno), así como mujer prehistórica en Un millón de años, A.C., al lado de Raquel Welch, tuviera gran parecido, en su rostro, con Ralph Bates, quien ya era veterano de los Estudios Hammer (Prueba la sangre de Drácula, El horror de Frankenstein). Esto hace que la sensación de transformación se torne más amenazante por todas las implicaciones sexuales que se sugieren. Ambas estrellas son seductoras, aunque la película se centra más en la capacidad atractiva del personaje femenino: al transformarse en mujer, se muestran desnudos parciales de Hyde y su respuesta es sonreír, sentirse feliz de que haya aflorado el lado femenino.
         Roy Ward Baker ya había dirigido varias cintas de horror para la Hammer. Aunque ya había iniciado su carrera en Londres, durante la década de los cuarenta, viajó a Hollywood donde permaneció alrededor de siete años (bajo el nombre de Roy Baker), etapa en la cual su cinta más famosa resultó ser Almas desesperadas (Don’t Bother to Knock, 1952), debido a que en su elenco participó estelarmente Marilyn Monroe antes de su gran éxito, aunque en ese entonces fuera una cinta más del montón. Al retornar a Inglaterra, su carrera se tornó ecléctica: dotado para manejar la acción realizó La última noche del Titanic considerada su mejor película, para luego entrar a diversos géneros, entre ellos el horror. (También dirigió una divertidísima cinta camp con Bette Davis, en 1968, llamada El aniversario, donde la actriz era una peculiar matriarca posesiva y castrante para sus hijos).
         Baker puede ser estimado como buen artesano, eficaz en el dominio técnico que le permitió lograr efectos y formas narrativas que ilustran con precisión visual la trama que debía contar. Al inicio de la primera metamorfosis, se muestra un reloj de pared donde las figuras de un hombre y una mujer se alternan para salir en horas determinadas: Baker hace que salga la mujer en el preciso instante. El uso de espejos para denotar la dualidad física de los personajes o la diferencia entre una mano feménina y otra masculina cuando se inicia el revertimiento, o Jekyll, balanceándose de un canal en el alto de un edificio, sufre su final transformación antes de caer al vacío. Muere con el rostro semidestrozado que sugiere dicha dualidad: mujer con ropa masculina, además de la desconcertada mirada del joven Howard al darse cuenta de lo que ha sucedido entre él y estos personajes. Dicho desconcierto e inquietud son los que quedan en el espectador al término de esta rescatable película de terror y género.

miércoles, 2 de agosto de 2023

GLAMOUR Y DISCIPLINA

 

LUZ TENUE PARA DOLORES DEL RÍO
por Roberto Villarreal Sepúlveda (septiembre de 2012).

 

tenue.
(Del lat. tenŭis).
1. adj. Delicado, delgado y débil.


         En alguna ocasión, Sergio García, nuestro afamado director de teatro me platicó que conoció a Dolores del Río cuando fue invitado al Festival Internacional Cervantino. La actriz, entonces cercana a la setentena lo recibió (ella, como presidenta del patronato; él, como invitado al evento) cuando caía la tarde, en un patio donde había sombras que la resguardaran: tenía que cuidar su imagen y disfrazar a la edad. Esta anécdota me volvió a la mente cuando leí el breve capítulo dedicado a la actriz mexicana en el libro Dropped Names (HarperCollins, 2012) del actor Frank Langella, donde recuerda a distintas personalidades con las cuales tuvo acercamiento, amistad, trabajo o simples miradas como pasó con nuestra Lola.

Frank Langella, autor y actor

         Comenta Langella que en 1956 fue asistente-aprendiz en uno de los llamados “summer theater”, temporadas de teatro que se realizaban en diversas regiones del país, en las salas que poseen diversos pueblos norteamericanos. Fue en las montañas de Pennsylvania. Se representaría, por ocho días, la obra “Anastasia” donde Dolores interpretaba el papel principal y como su supuesta abuela, estaba la actriz húngara Lili Darvas, quien era dos años más joven que nuestra idolatrada diva. Darvas llegaba durante el día, comía con los técnicos, llevaba una vida normal. Dolores aparecía a pocos minutos de que se levantara el telón, impecablemente vestida y maquillada, se sentaba en su camerino improvisado, para luego entrar a escena y dar una función exacta, sin errores, igual a la anterior y a la siguiente. Había la orden de que nadie la molestara, ni se le acercara, ni le hablara. Langella tenía 18 años y la mujer le intrigaba. A lo más que llegó fue a pasar frente a ella, sonreírle y Dolores le correspondió asintiendo con la cabeza.

La actriz Lili Darvas

         Cuando alguien le preguntó a Lili Darvas si alguna vez iría Dolores en otro horario, contestó que de ninguna manera. Dolores se la pasaba encerrada en su cuarto con las cortinas cerradas. Viajaba en su limosina con su asistente y el chofer. Tomaba baños de leche, como hacía Cleopatra, según cuenta la tradición. Cuidaba su piel pero mantenía su leyenda. Al término de la función recibía el último aplauso, sola en el escenario. Mientras la gente la alababa, ella salía por detrás de la escenografía hacia su limosina para evitar que la gente la buscara al término de la obra para verla, platicarle o pedirle autógrafo.

         Langella termina su artículo de una manera muy bella al comentar “uno podría recordarla como una mujer mayor desesperada por preservar su belleza, viviendo de la ilusión o de su reputación; o quizá, a través de los ojos de un jovencito de dieciocho años, como el epítome de glamour, disciplina y profesionalismo”.

85 AÑOS DE "PESCADORES DE PERLAS"

PESCADORES DE PERLAS (1938. Dir. Guillermo Calles.   El director Guillermo Calles Guillermo Calles (1893 – 1958)  nació en Chihuahua ...